La construcción de un cuarto muelle para cruceros en Cozumel, Quintana Roo, ha encendido el debate entre autoridades, activistas y residentes, quienes exigen mayor transparencia y participación ciudadana en torno al proyecto. El principal destino de cruceros en México se encuentra dividido entre quienes ven oportunidades económicas y quienes alertan sobre los impactos ambientales que podría acarrear la obra.
La controversia escaló hasta el nivel federal, luego de que la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara este viernes que acordó con la gobernadora Mara Lezama revisar a fondo el proyecto y abrir el diálogo con la comunidad.
“Se quedó de revisarlo nuevamente y de hablarlo también con la comunidad, y si se decide hacer, en dónde se decide hacer, cómo se haría, pero siempre en contacto con la comunidad. Y si no, por razones ambientales o de otro tipo, también otorgar otras opciones a las empresas de cruceros”, declaró la mandataria.
Organizaciones ambientalistas y habitantes de la isla han solicitado que se lleve a cabo una consulta pública, mientras que el proyecto sigue generando posturas encontradas entre el desarrollo turístico y la conservación del entorno natural.
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