En Quintana Roo, nueve de cada 10 migrantes que ingresan lo hacen sin documentos que les den una identidad, lo cual los deja vulnerables ante cualquier circunstancia durante su estancia en el país, expuso Marilyn Torres Leal, fundadora de la fundación Consejo Internacional Sumando Venezuela A.C. (CISVAC).
“Para nosotros la mayor afectación es para aquellos que llegan con hijos pequeños, quienes no pueden ingresar a un sistema de educación, ni mejorar su calidad de vida, porque los padres no traen documentación y esto no les permite acceder a la escuela, quedándose solos en casa”, indicó.
Apuntó que estos entran por fronteras terrestres pero no cargan con documentos personales, es por ello que buscan la manera de apoyarlos y que tengan una identidad ante cualquier emergencia o situación que pudiera presentarse, ya que están en constante riesgo e incluso en casos extremos si uno fallece no hay manera de avisar a sus familiares, pues se desconoce hasta el nombre.
Dijo que prácticamente estas personas ingresan de contrabando y sólo algunos que llegan como turistas sí cargan con identificación como pasaporte, pero al paso del tiempo al vencer el plazo que les permite estar en el país, quedan irregulares.
En 2022, la mayor migración fue de los guatemaltecos, teniendo en el radar una población cercana a los 22 mil. Uno de los fenómenos es que ingresan por la frontera terrestre sur y se confunden con los mexicanos por su fisonomía, al ser similar, incluso ellos en su paso por el país dicen ser de Chiapas, añadió.
Torres Leal explicó que esa es una población que casi no se percibe que llega, ya que lo hacen en cantidades menores, pero es la que encabeza la mayor tasa de migración. Después de ellos, le siguen los argentinos y venezolanos, de los cuales están contabilizadas 14 mil personas en ambos casos.
Posteriormente, siguen los cubanos, hondureños y nicaragüenses; la población de la que se notó una disminución este año hacia Quintana Roo fue de los salvadoreños, comentó.
A través de la fundación CISVAC constantemente se hacen campañas para que estas personas puedan tener una identificación. Torres Leal explicó que muchas veces no se acercan por miedo e incluso hay casos de personas que vivieron así hasta por 20 años.
Desde la fundación también trabajan en la Casa del Migrante, un proyecto a largo plazo que pretenden concluir en el año 2025, con el que esperan poder apoyar aún más a estos migrantes que llegan al país, ya que por ahora no se tienen apoyos de las autoridades o quedan rebasadas ante el número significativo de migración que tiene Quintana Roo.
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